
Dormimos genial en nuestra habitación del Asmita B&B en Kathmandu y salimos a la calle, donde aprovechamos a cambiar algo de dinero para el día de hoy en el que teníamos programado ver Patan, Boudhanath y lo que nos diera tiempo del centro de Kathmandu, ya que el día anterior solo visitamos Thamel, plaza Durbar y Swayambhunath en Kathmandu.
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Como ir a Patan desde Kathmandu
Para ir a Patan desde Kathmandu lo más sencillo es coger un taxi, a menos que te encuentres por la zona de la estación de bus. Nosotros salimos a coger un taxi para ir de Kathmandu a Patan. Por la mañana había muy poquita gente, preguntamos a un taxi, 600 rupias, regateamos y no bajaba de 500 así que seguimos y en el siguiente lo bajamos a 300 rps. Como no había mucho más a esa hora, nos montamos y allí que fuimos en los minitaxis nepalíes, por sus carreteras dando botes y contemplando la conducción suicida de sus gentes. Desde Thamel en Kathmandu a la entrada de Patan hay menos de 5km, que en coche son tan solo unos 15 minutos.
Que ver en Patan
El taxista nos dejó en la blanca puerta de entrada sur a Patan, la más cercana a Kathmandu, conocida como Patan Dhoka. Allí según te bajan se te acerca la gente para que compres el ticket. Es muy difícil entrar a Patan sin el ticket, pues a pesar de esta entrada, luego en la Plaza Durbar hay varios vigilando y nos preguntaron un par de veces si lo teníamos. El ticket de entrada a Patan y visita de los templos de su Plaza Durbar nos costó 500 rupias por persona.
Desde Patan Dhoka a la plaza central de Patan se va callejeando por una serie de interesantes calles, edificios anqtiquísimos, pequeños templos, algún mercado y según se llega a la Plaza Durbar, cada vez más y más gente.
Plaza Durbar de Patan
La Plaza Durbar de Patan es una de las más bonitas de Nepal, es Patrimonio de la Humanidad. En el valle se encuentran 3 plazas durbar, la de Kathmandu, la de Bhaktapur y la de Patan, ciudad que antes se conocía como Lalitpur, una de las más antiguas de todo Nepal. Las tres plazas son imprescindibles que ver en un viaje a Nepal.
Entre tanto templo que ver en Patan, destacan el precioso Templo de Krishna de 1637, el Templo de Bhimsen de 1680 con sus clásicos tejados nepalíes, el Templo Taleju Bhawani de 1660 o el Templo Vishwanath de 1627 y dedicado a Shiva. Maravillosos todos.
En esta plaza se está realmente a gusto, te puedes pasar horas sentado en sus diferentes templos, contemplarlos detenidamente, ver la vida pasar, ver a los jóvenes que salen del colegio y van allí a descansar un rato, a los mayores sentaditos en las escaleras de cualquier templo… De allí nos traemos un grandísimo recuerdo, imprescindible visitar Patan y su Durbar Square en una visita por Nepal.
De la Plaza Durbar decidimos patear un poco el resto de la ciudad sin un rumbo fijo, así que nos dirigimos hacia donde veíamos más gente. Atravesamos un enorme mercado, pasamos por sus pequeñas tiendas, vimos la vida más local sin un solo turista y cuando decidimos que ya era hora de regresar, preguntamos a unos chavales que nos dijeron que si seguíamos recto llegaríamos a donde salen los autobuses hacia Kathmandú.
Como ir de Patan a Kathmandu en bus
Cuando llegamos a la caótica zona donde había muchos autobuses y vans en Patan, preguntamos a un señor y nos dijo que teníamos que coger una minivan que salía de la otra acera e iba hasta Kathmandu. Cruzamos y como andábamos algo perdidos, el buen hombre cruzó y nos dijo cual era exactamente la furgoneta a la que había que subirse que ya estaba a punto de salir. Que amabilidad la de la gente de Nepal!! Allí nos montamos con otros 7 más como sardinas en lata sin saber donde nos dejaría aquel trasto y al rato nos pasó a cobrar, 20 rupias por cada uno en el viaje en van. Vimos que iba parando cada poco y subía y bajaba gente y al final nos dejó en la zona donde salen las vans de Kathmandú, en Ratna Park, así que perfecto pues ahora queríamos coger otra van para llegar a Boudhanath.
Como ir a Boudhanath desde Kathmandu
Allí empezamos a preguntar a los de las vans que estan aparcados hasta que dimos con uno que iba a Boudhanath. A los 10 minutos salió, nos cobró otras míseras 20 rupias y a subir la cuesta hacia la estupa por la calle principal llena de coches, con atasco y muchas paradas. En la van coincidimos con un estudiante nepalí, y como él hablaba inglés no paró todo el viaje de preguntarnos cosas de nuestro viaje, de donde vivíamos, de contarnos sus cosas y de recomendarnos otros sitios que ver allí, además de avisarnos en la parada que nos teníamos que bajar. Él y las señoras que iban en la micro minivan con nosotros, pero que como no hablaban inglés solo nos sonreían todo el rato y le preguntaban a veces al chico cosas de nosotros. Nos despedimos de esta buena gente y a ver la estupa!!
Que ver en la estupa de Boudhanath. Entrada y precio
Para entrar a Boudhanath, si quieres evitar pagar puedes rodear la estupa e intentar probar suerte que en alguno de los callejones de las demás entradas no haya nadie y puedas evitar su ticket. Si no, la entrada son 250 rupias. Una vez dentro, lo primero que hicimos, después de asombrarnos con el tamaño y la preciosidad de la estupa de Boudhanath fue buscar un sitio para comer, pues era ya tardísimo y nos moríamos de hambre. Casi todos los restaurantes de allí tienen vistas desde sus terrazas a la estupa, y de precios son algo más caros que la media al estar en un sitio turístico. Nosotros encontramos La Casita de Boudhanath, un local español en medio de Nepal, con unas vistas increíbles y productos occidentales, tales como chorizo, tortilla de patata, croquetas, jamón serrano… Nosotros nos pedimos unos spaguettis cada uno, que teníamos antojo de pasta y disfrutamos del servicio, de la comida y de las vistas. Los 2 platos más las bebidas fueron 1060 rupias.
De Boudha poco que añadir, es increíble, una de las estupa budistas más grandes y más sagradas, Patrimonio de la Humanidad y con un maravilloso ambiente, una especie de pequeño Tíbet. ¡Imprescindible!
Monasterio de Kopan en Kathmandu
Al salir, pensamos en seguir subiendo y subiendo para llegar al famoso Monasterio de Kopan, pero al rato de andar nos dimos cuenta que iba a estar bastaaante lejos, que ya era algo tarde y que la mejor idea iba a ser coger un taxi. Al estar ya apartados de la zona turística casi no pasaba ninguno, y cuando por fin pasó uno por nuestra calle lo paramos y nos subimos con él por 220 rupias haciendo algunas paradas en el camino para aprecia Kathmandu desde lo alto.
Y cuando llegamos recibimos una dura noticia… ¡estaba cerrado! Resulta que estaban haciendo un curso de meditación y que hasta dentro de 3 horas no podríamos pasar. No íbamos a quedarnos 3h allí arriba sin nada más que hacer, y bajar andando hasta la Durbar de KTM iba a suponer un par de horas, así que negociamos con el taxista, el cual se supo aprovechar bien de la situación. Esperamos un poco a ver si venía otro y dejarle a él tirado, pero como no aparecía nadie nos volvimos con él por 400 rupias, casi el doble que la ida, aunque nos llevaba bastante más lejos y tuvo que atravesar medio Kathmandú, que tardamos una media hora en coche, lo cual nos vino bien también para conocer otras zonas, ya que a la velocidad a la que va, y como estábamos algo mosqueados con él, pues iba parando en sitios curiosos para que sacáramos fotos.
Mercados de Kathmandu
Nos dejó en medio de Thamel y fuimos descendiendo para volver a ver todo el centro de Kathmandú, seguimos andando pasada la Durba y metiendonos por los callejones donde se celebran los mercados, que estaba ello hasta arriba de gente, de verdura, de colores. Y seguimos avanzando hasta el lago que hay en la zona de Ratna Park, donde se cogen las furgonetas.
Desde allí volvimos a subir todo Thamel arriba hasta nuestro Asmita, parando a cenar en el McDonalds que teníamos a poco de casa. No, no es el McDonalds de las hamburguesas :P, aunque también tienen, es un restaurante en Thamel que tienen miles de platos de comida y a un precio ridículo. Nos pusimos las botas, comimos los 2 por 780 rupias un plato inmenso de momos, otro con 6 enormes spring roll, varios cestos de Plain Naan, dos platos de arroz y uno de pollo agridulce, además de una botella de agua y 2 cocacolas. De hecho nos tuvimos que dejar un poco porque no podíamos más.
Y a casita a dormir, que estábamos bien cansados y al día siguiente tocaba hacer el Trekking por el valle de Kathamndu, el cuál no teníamos muy claro cómo íbamos a llegar ni qué íbamos a hacer. Lo único claro era que no íbamos a dormir en Kathmandú, así que le dejamos a Dharma las mochilas, ya que la siguiente noche volveríamos de nuevo.