Hoy era nuestro tercer y último día en Siem Reap. Habíamos estado hablando la noche anterior con los del hotel pues nosotros queríamos ir a ver Beng Mealea y después acercarnos a Kampong Phluk, un poblado flotante pero a ver sus casas y sus gentes sin meternos en la zona inundada, pero nos aconsejaron que no fuéramos, pues la zona inundada no estaba demasiado llena como para disfrutarlo, y la zona más seca ya cubría con agua y no se podía andar tranquilamente por allí. Nos dijeron de ir a Chong Kneas, pero de allí teníamos muy malas referencias como sitio muy caro y totalmente turístico, por lo que decidimos dejarlo y ver a la vuelta el grupo de templos Roluos, pues días después navegaríamos por un auténtico poblado flotante en el Tonle Sap. Para la visita de Beng Mealea y los tres templos del grupo Roluos pagaríamos 32$, tal y como nos ofreció el hotel el primer día con nuestro conductor Sim.
Beng Mealea
Nos subimos al tuktuk y pusimos sobre las 8 de la mañana rumbo a Beng Mealea y comenzamos a disfrutar con su paisaje. El camino es algo largo pero 100% recomendable. No hay nada como ver la Camboya más rural, sus gentes, su trabajo diario, sus carreterillas.. un viaje que nos encantó y que no paramos un segundo de fotografiar, de admirar paisajes y de saludar a todos los niños que nos saludaban al pasar.
Antes de llegar, paramos a comprar la entrada que se paga aparte, 5$ cada uno y por fin llegamos a aquel increíble lugar, Beng Mealea.
El estar apartado de los demás templos (60 km) hace que sea mucho menos visitado por turistas, y además está en un un estado muy primario, sin reconstrucciones, con grandes bloques de rocas y naturaleza por todos los sitios. Perfecto para las aventuras, para sentirse un auténtico Indiana Jones.
Nosotros nunca vamos con guía, no nos gusta, pero allí se nos acercó una señora camboyana muy simpática que nos indicó los caminos para ir y esta vez decidimos ir con ella. No era una parlanchina, nos guiaba perfectamente, saltaba descalza entre las rocas, nos decía donde pisar para no caernos y nos echaba alguna foto juntos. La verdad es que el templo es enorme y te pierdes enseguida sin saber por donde ir, saltándote cosas, por lo que creemos que esta vez fue un acierto seguir con ella.
Saltamos, casi trepamos y hasta nos columpiamos en una raíz de un árbol en lo alto de unas rocas.
Nos lo pasamos genial recorriendo todo el lugar, además te vas encontrando con rocas con dibujos de diosas, relieves, figuras escondidas que nuestra Camboyana nos indicaba con su poco inglés para que miráramos. La verdad es que el recinto es bastante grande y tiene numerosos lugares para pararse y hacer fotos continuamente, además de subir y bajar por piedras, a través de pequeñas puertas y troncos, muy divertido.
Después de un buen rato llegamos al final y estuvimos charlando en lo que nos entendíamos con la chica, que nos contó que era madre de 6 niñas, que su nombre en nuestro idioma significa 46, nos hicimos muchas fotos juntos y nos reímos de varias cosas y la dejamos unos pocos dólares y 6 chupachuses para las niñas, y después de pasar un gran rato se fue muy contenta.
Nos dijo que podíamos volver a entrar ya que conocíamos el camino por si queríamos ver los lugares que mas nos llamasen o lo que quisiéramos, por lo que dimos una vueltecilla más por algunos lugares y luego rodeamos todo el templo, con sitios con montones de rocas donde descansamos, donde nos hicimos cientos de fotos, subimos, bajamos.. y sobretodo, disfrutamos de Camboya.
Y cuando decidimos que ya era el momento de poner rumbo a los Roluos, salimos del recinto en dirección al tuktuk. En el camino y por los alrededores vimos muchísimos niños. Lo bueno que aquí, en vez de en Angkor, ninguno nos quería vender nada, si acaso a pedirnos los plásticos de las botellas de agua una vez terminadas y muchos otros estaban jugando tranquilamente.
Y otra vez a disfrutar del camino, ésta vez además vimos a muchísimos niños volviendo del colegio, ya sea andando o en bicicleta y siempre que pasábamos nosotros, saludaban con sus caras sonrientes, como toda la buena gente que encontramos en este país.
Paramos a echar gasolina en una típica «gasolinera» de botellas rellenas con gasolina y donde una simpática y alegre niña trabajaba..
Y justo después, en medio del camino… ¡¡¡comenzó el monzón!!! Se suponía que en esta época debía de llover ya mucho, pero de momento solo había hecho sol (y más sol que haría..), pero en ese momento llovió y llovió y llovió. Sim se puso el impermeable y cerró el tuktuk con una serie de cortinas impermeables para que no nos mojáramos y continuó conduciendo.
Caían ya ríos de agua cuando decidió parar de llover, tras media hora de lluvia torrencial, y justo en el momento en el que llegábamos al primer templo del grupo de tres que íbamos a ver a continuación nos preguntó Sim si queríamos verlos o íbamos directos al hotel, y por supuesto le dijimos que parábamos a ver los 3!. Además cuando entramos al Lolei, ya sólo chispeaba.
Roluos Temples
Roluos fue la primera ciudad construida por los reyes de Angkor durante los siglos VIII y IX y la capital de Indravarman, que supuse el origen del arte Khmer, por lo que son los templos mas antiguos de la zona. Está formado por 3 templos relativamente pequeños en un radio de 3 km que muestran como empezó la arquitectura Khmer.
Templo Lolei
En el año 893 el rey khmer Yasovarman construye este templo y lo dedica al Dios hindú Shiva. Su nombre actual es Lolei, aunque se dice que en su origen fue Hariharalaya, que significa «la ciudad de Harihara».
El templo hindú de Lolei es muy pequeñito, tiene grabados y relieves muy bonitos, aunque en el momento de nuestra visita el templo estaba en obras y remodelación, por lo que no pudimos apreciar mucho más. Además, de repente volvió a ponerse a diluviar y nos tocó salir corriendo hasta el tuktuk.
Preah ko
El siguiente templo del grupo fue el que se construyó primero, en 879 bajo el mandato fel rey jemer Indravarman I También está dedicado a Shiva y con 6 torres de ladrillo distribuidas en dos filas con 3 torres en cada una.
Salimos chispeando y una vez allí paró de llover y comenzó a salir el sol, por lo que pudimos disfrutar su visita y además, la gran ventaja de ver los 3 templos de Roluos completamente solos, sin ningún turista.
Las torres centrales tienen imágenes de Shiva y en la primera fila, la torre central está dedicada al fundador del imperio jemer Jayavarman II, la torre de la izquierda está dedicada a Prithivindreshvara, padre del rey Indravarman y la torre de la derecha a su abuelo Rudreshvara.
Bakong
El Templo de Bakong fue último templo del grupo roluos que vimos y el que nos pareció más impresionante de los tres. Data de finales del siglo IX, pues en la inscripción de su estela dice que en 881 el Rey Indravarman I dedicó el templo al dios Shiva. Además es el primer templo de montaña de piedra arenisca construida por el Imperio Jemer.
Bakong sirvió como el templo oficial del estado del Rey Hariharalaya. El templo consiste en tres recintos concéntricos separados por dos fosos, con muy buenas vistas desde su parte más alta hacia la selva camboyana y con unos alrededores también muy llamativos con algún templo, un lago y gente local.
Y muy contentos con la visita de hoy, y con la visita general de los templos de Angkor, pusimos rumbo al hotel de Siem Reap, pues teníamos bastante hambre, ya que eran sobre las 2 y media.
Pagamos el dinero acordado a Sim, 32$ por el día de hoy (en total fueron 70$ los 3 días), nos hicimos unas fotos con él, nos despedimos y nos fuimos a comer a un KFC que teníamos cerca (8$).
Volvimos al hotel, pasamos la tarde en la piscina y allí mismo nos ayudan para saber como ir de Siem Reap a Battambang y nos gestionaron la compra del billete de bus con pickup incluido para ir el día siguiente hacia Battambang por el mismo precio que en el centro de la ciudad.
A la noche volvimos a cenar al Genevieve’s que tanto nos gustó y nos despedimos de Siem Reap, un lugar que quedará grabado siempre en nuestros recuerdos. Totalmente recomendable la visita de hoy a Beng Mealea y de paso Roluos. Ha sido maravilloso conocer y recorrer Angkor, tanto el primer día con el circuito largo de Angkor como el segundo con Angkor Wat y el circuito corto, como por supuesto el día de hoy con el plato fuerte de ir a Beng Mealea. Visitar los templos de Angkor es algo que todos deberíamos ver alguna vez en la vida. Genial nuestra guesthouse barata con un trato espectacular, limpísima y con piscina y hasta Siem Reap del que no se suele hablar tan bien nos gustó mucho, sus restaurantes, bares, puestecillos.. y como os iremos contando en etapas siguientes, genial Camboya, uno de los países que mejor recuerdo nos trajimos. Ahora