Y comenzamos nuestro último día en Marruecos. Hoy toca visitar todos los imprescindibles que ver en Rabat en 1 día casi completo, pues hasta la tarde estaremos conociendo la capital de Marruecos, la cual no estan turística pero merece mucho la pena, como os vamos a enseñar a continuación.
Que hacer y que ver en Rabat en un dia
Dormimos muy bien, el riad de Rabat perfecto en localización, muy cómodo y muy simpáticos sus dueños. Para desayunar, siguiendo la tónica de todo el viaje, nos pusieron cientos de cosas. Esta vez tuvimos que dejarnos muchas cosas porque nos trajeron todo tipos de panes y tostas y con todo lo que habíamos comido el día anterior era imposible.
Le pagamos al dueño del hostal y le dejamos las mochilas en una habitación que guardó bajo llave. Salimos y emprendimos el mismo camino que ayer, para comenzar a visitar los mejores lugares de Rabat, comenzando con ver el Kasbah de las Oudayas a primera hora.
Kasbah de las Oudayas y los Jardines Andaluces
Entramos y dimos unas vueltas por la pequeña Medina azulada y salimos para ver los Jardines Andaluces, que están casi al lado. Son bonitos, no están mal, aunque tampoco había mucho que ver ni demasiado color en esta época.
Rue de Consuls, medina y zoco de Rabat
Salimos y nos metimos en la medina por la famosa Rue de Consuls, la calle más famosa de Rabat, donde se encuentra el zoco de Rabat. Y nuestra cara se quedó tal que así 😯 al verla, estaba todo vacío!!
Prácticamente nadie había sacado las cosas. Hoy era viernes, el día más festivo en Marruecos aunque nos habían dicho que no habría problemas. Miramos el reloj y eran las 9 y media, y viendo que en Marrakech hasta una hora después no estaba el zoco bien puesto y unido al ser viernes, pues decidimos bajar por allí y ya a la vuelta si teníamos tiempo pasar de nuevo, a ver si lo ponían o no.
La rue de Consuls termina en la avenida Hassan II, una de las principales de la ciudad y como nuestro siguiente objetivo era la zona del mausoleo y torre, seguimos esa avenida pegados a la muralla durante unos 10 minutos hasta que vimos la torre y nos fuimos acercando poco a poco.
Torre de Hassan II, imprescindible de visitar en Rabat
Cuando entramos al recinto no había casi gente, la verdad es que vimos poquísimos turistas en Rabat, mucha suerte hemos tenido en este viaje, en temporada baja, casi solos, integrados con le gente de allí y con buen tiempo.
Lo primero que vimos fue el Mausoleo de Mohamed V, donde se encuentra el sepulcro del sultán Mohamed Ben Yusef, más conocido como el rey Mohamed V, muy querido por el pueblo marroquí. Además, están dos de sus hijos: Mulay Abdellah y Hassan II quien fue rey y padre del actual rey.
El edificio es muy bonito, protegido por dentro y por fuera por los Guardias y de entrada gratuita como todo el recinto.
Aunque lo que es más conocido y que más impone es la Torre de Hassan, el sitio más famoso y que hay que ver en Rabat. El sultán almohade Yaqub al-Mansur mandó construir la mezquita más grande del mundo pero las obras fueron abandonadas al morir en 1199. La torre debía medir más de 60 metros, aunque se quedó en 44. Además, es muy conocida por las columnas de diferentes tamaños que la rodean. Es del mismo estilo que la Giralda o la Koutoubia.
Nos encantó esta visita, muy diferente y que tuvimos suerte de apreciar, como casi todo en este viaje, prácticamente solos,por lo que pudimos sacarnos muchas fotos y ver bien cada detalle del recinto. Salimos muy contentos de haber ido allí, imprescindible si se va a Rabat.
Necrópolis de Chellah
Al salir de allí y viendo que íbamos bien de tiempo buscamos un petit taxi, los azules. Esperamos un poco pero apareció uno con un cochecito bastante viejo, al que le dijimos que a la Necrópolis de Chellah con taxímetro y lo puso sin problemas. El taxista majísimo, estuvimos hablando mucho con él, nos contó un montón de cosas, nos llevo perfectamente y en unos 15 minutos estábamos en la puerta de la Necrópolis. El precio, 14 dirhams. Le pagamos, nos devolvió el cambio, nos dijo que a que era barato y se fue. La verdad es que reaccionamos tarde porque se merecía una propina. Poco más de 1€ entre los 2 por 15 minutos de taxi es ridículo, pero como nunca sabes por donde te van a salir y casi siempre te piden más, que cuando ves alguno totalmente honrado y simpático le intentas dar alguna propina, pero en ese momento se nos pasó, que majo aquel pobre viejecito con su coche destartalado…
En fin, entramos en Chellah pagando tan solo los 10 dirhams por persona para ver aquel tesoro arqueológico. Allí hubo una importante ciudad romana conocida como Sala o Sala Colonia y según las excavaciones fenicios y cartagineses la habitaron durante varios siglos.
Fue abandonada durante varios siglos hasta que los sultanes benimerines eligieron el lugar para construir su necrópolis, finalizándola en 1339 bajo el reinado de Abu al-Hasan ben Uthman.
Allí enterraron al califa Abu Yaqub Yusuf y a su esposa y más tarde en su mausoleo al califa negro, Abu al-Hasan.
La puerta, el zawiya con su oratorio, el minarete, los jardines.. son algunos de los lugares principales de la necrópolis, donde campan los gatos a sus anchas y las cigüeñas vigilan a todos los turistas desde alguno de sus cientos de nidos mientras realizan su ruido continuo, banda sonora propia de Chellah.
Salimos de allí contentos de otra visita imprescindible que ver en Rabat y nos dirigimos andando hacia el Riad, que estaba en la otra punta, pero de esta manera atravesaríamos Rabat viendo otros lugares importantes.
Para ello, lo primero es cruzar la puerta de la muralla. Nosotros habíamos leído que te piden el pasaporte y que se lo intentan quedar para que salgas por el mismo sitio, de hecho el del riad nos lo había comentado, que debíamos llevar el pasaporte para pasar. Nosotros seguimos a 3 chicas marroquíes y pasamos por la puerta principal, y no se si es que nosotros somos raros y no vamos por donde todo el mundo o qué, pero allí no nos paró nadie a pedirnos el pasaporte, por lo que atravesamos la puerta sin problema.
Mezquita Assounna
Y fuimos subiendo tranquilamente apreciando así la zona del Palacio Real, los ministerios y todos los edificios del Gobierno, bien protegidos que están hasta llegar a la Mezquita Assounna.
Dimos algunas vueltas por esa zona, viendo las diferentes puertas o «Babs» de entradas a la muralla, la mezquita, la Plaza Al-Joulane, la Catedral de Saint-Pierre, etc.. y al llegar en frente de la estación de tren de Rabat Ville, la que llegamos el día anterior en tren y fuimos a buscar la parada del autobús hacia el aeropuerto. La encontramos en seguida, es muy fácil, si te sitúas al salir de la estación, en la rotonda es enfrente a la derecha. Allí hay una marquesina y dentro están los horarios, aunque son siempre 2h antes de que parta el vuelo de ryanair. Además estaba allí un autobús que iba ahora y confirmamos el horario nuestro. El avión salía a las 17.15 y el bus a las 15.15.
Mejores calles de Rabat, av Mohamed V y Rue de Consuls
Era todavía pronto, las doce pasadas, así que cogimos la avenida Mohamed V y volvimos a hacer el camino hacia el Riad, esta vez fijándonos bien en los edificios y lugares del camino. Una vez llegamos a la Medina, en vez de entrar por nuestro sitio, decidimos girar a la derecha y subir por la Rue de Consuls, a ver si ahora había gente. Y sí, había muchos más puestos y gente, aunque no estaban todos, se notaba que los viernes disminuye bastante. Aun así compramos varias cosas, pues los precios estaban mucho más bajos que en Marrakech. Igual regateándolos allí durante mucho tiempo se consigue más barato, pero en Rabat no están casi hinchados y se regatea muy poco, lo que es más cómodo.
Playa de Rabat
Una vez arriba, fuimos a la playa de Rabat a despedirnos de la capital de Marruecos, del kasbah de los Oudayas y de un viaje magnífico y pusimos rumbo al riad.
En el camino al riad nos fuimos fijando en los lugares de comida y elegimos el que mejor pinta tenía, y menudo acierto. Comimos cada uno un panini enorme y calentito, había de muchos rellenos aunque pedimos los dos de queso y salchichas, puesto en un plato con arroz, pasta y patatas fritas. Super simpáticos y entre gente local. Nos llenamos de nuevo, la comida fue exquisita y cuando pagamos lo fue aún más.. 36 dirhams los 2!! Es decir que estábamos llenos con una comida bien rica, allí sentaditos tranquilamente viendo la gente pasar por la medina y nos había salido por un euro y medio cada uno.. eso sí que era una buena despedida!!
Como ir del centro al aeropuerto de Rabat
Una vez llenos, fuimos al riad a por las mochilas, el dueños nos regaló un tajine de cerámica, nos dejó descansar un rato, usar el wifi, la tv y todo, realmente simpáticos y recomendable el lugar.
Pusimos rumbo al bus, donde pagamos el billete por 20 dirhams cada uno, tardamos alrededor de media hora y al aeropuerto que llegamos.
El aeropuerto de Rabat es minúsculo, allí fuimos directos a facturación a por el sello, luego rellenamos el papelito de salida, pasamos el control y a esperar. Pensábamos que tardaríamos más, pero como es tan pequeño todo se hace de seguido, así que a esperar una hora. Recomendamos el bus, que cuesta 10 veces menos que el taxi y va perfecto, aunque nos resultó extraño que solo fueran 3 personas más.
El avión salió con 30 minutos de retraso aunque luego se dio prisa y llegamos casi puntuales. Y con esto termina uno de los mejores viajes que hemos hecho nunca. Cercano, cómodo, diferente y barato como podéis ver en nuestra etapa del presupuesto para viajar a Marruecos. ¿Qué más se puede pedir?
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