Hoy en nuestro Asmita desayunamos los panes con mantequilla y mermelada y un buen café que nos preparaba la chica del Asmita que teníamos un día muy entretenido por delante. Tras ver el primer día la plaza Durbar de Kathmandu y el día anterior la Plaza Durbar de Patan y Boudhanath, hoy tocaba hacer un trekking por el valle de Kathmandu finalizando en Bhaktapur, la ciudad con la tercera plaza Durbar del valle.
Trekking por el valle de Kathamndu
Nuestra idea para el trek por el valle de Kathmandu consistía en ir hasta el poblado de Shanku en autobus. Una vez allí, comenzar a andar por el valle visitando los pueblos de la zona y comenzar a ascender por la colina hacia el antiguo templo de Changu Narayan. Y para terminar, ir a Bhaktapur, la preciosa ciudad de Nepal, donde dormiríamos esa noche.
Como ir de Kathamndu a Shanku
Salimos a regatear un taxi que nos llevara a la estación de autobuses, nos montamos con el primero que era muy majete y le pagamos 200 rps. Según nos bajamos preguntamos por algún bus que fuera a Shanku (y a ver si había), y enseguida los amables nepalíes nos indicaron como siempre cuál era el pequeño bus. Seguimos sus indicaciones y allí nos subimos junto con un montón de niños que salían del colegio (¡¡y no eran ni las 9 de la mañana!!, pero al haber tantos y tan pocos lugares y profesores, se distribuyen entrando algunos a horas incomprensibles para nosotros). EL bus fueron 50 rps por persona.
El trayecto es cómodo y dura poco más de una hora, pues aunque la distancia es corta, hace muchas paradas dejando a los niños en sus pueblecitos. Nosotros nos vamos fijando para saber luego por donde andar, ya que parte del tramo que hacíamos en bus luego lo desandaríamos, hasta llegar a Shanku. Habíamos decidido que para nuestra ruta por el valle de Khatmandu iríamos desde Shanku hasta Bhaktapur, vía Changu Narayan. La otra opción que debatíamos era en vez de ir a Bhaktapur ir a Nagarkot, más cerca de las montañas y desde donde se pueden tener unas bonitas vistas de los Himalayas. EL problema es que allí no hay nada más y los pocos hostales que hay suelen ser peores y/o más caros, además de no tener claro si estaría todo despejado como para poder verlo, ni si nos encontraríamos algún bus en el camino para acercarnos allí cuando estuviéramos reventados de andar, por eso nos decantamos por dormir en Bhaktapur, ciudad de la que todo el mundo habla mil maravillas. Nagarkot, y sobre todo los Himalayas, quedarán para otra ocasión.
Shanku
Una vez allí, lo primero fue recorrer el pequeño pueblo, pasando por sus calles, viendo a su gente, sus casas, sus tiendas locales, su trabajo diario… La tranquila vida local de la gente sin ningún turista apartados de la bulliciosa Kathmandú.
Shanku es un un pequeño poblado nepalí, donde además de visitar sus casas, hay que ver unos pequeños templos de las afueras y por supuesto sus tiendas, mercados y gentes en su vida diaria.
Cuando terminamos de ver todo el pueblo nos compramos bebida y unas bolsas de patatas fritas y botellas de agua para el camino en una pequeña tienda de una simpatiquísima viejecita (70 rps) y nos pusimos a andar por la carretera, deshaciendo el camino del bus.
Allí íbamos pasando por otros minipueblos, viendo las nuevas construcciones, los campos y sus cultivos, las mujeres recolectando, los niños de algún colegio que nos saludaban al pasar…
Brahmakhel
Fue un camino tranquilo de algo más de media hora hasta llegar a Brahmakhel, otro pueblo de una calle y 4 casas (o mejor dicho, 3), donde nos habían dicho que salía un caminito hacia Changu Narayan, nuestro destino.
Encontramos el caminito de tierra que sale en dirección izquierda hacia los arrozales y la montaña y nos encontramos con el primer impedimento.. ¡el río! Fuimos vadeándolo hasta llegar a un sitio donde era muy estrecho y pudimos saltarlo por unas piedras sin mojarnos.
Y allí comenzó la subida a la montaña, todo a través de campos verdes de arroz, precioso camino, que de vez en cuando nos encontrábamos a algún local al que preguntábamos ¿Changu? y sonreían y nos indicaban que íbamos bien y señalaban el camino.
El trek por el valle de Kathmandu es muy diferente de si lo haces de Changu a Shanku que de Shanku a Changu. Habíamos hablado con varias personas que lo hicieron desde Changu y dijeron que era un trek muy sencillo, pero claro, cuando lo hicimos nosotros al revés, nos dimos cuenta de que aquello es una montaña y no es lo mismo bajarla que subirla, por lo que en una dirección es muy fácil y en la otra no es complicado, pero sí supone una subida de algo más de 2 horas por un pequeño camino de tierra entre arrozales.
De todas maneras, nos encantó el recorrido, las vistas que íbamos teniendo según subíamos y subíamos y la recompensa de terminar en lo más alto, entrando al templo de Changu Narayan para disfrutar del templo más antiguo de Nepal.
Changu Narayan
Además del precioso templo, dedicado a Vishnu, las vistas que se tienen sobre el valle son muy bonitas, desde donde podíamos identificar todo el recorrido que habíamos hecho.
Una vez visto el templo, dudamos de si comer allí o si llegar a Bhaktapur, y dado que al salir vimos un minibus aparcado, le preguntamos al conductor y nos dijo que salía en 5 minutos hacia Bhaktapur, pues decidimos subirnos al bus y comer ya allí que encontraríamos mejor oferta. El bus nos costó 20 rps por persona.
Bhaktapur
Tras media hora bajando por la montañas con paisajes preciosos, nos deja en la entrada a Bhaktapur. Para visitar esta ciudad, como en las otras Durbar del valle, hay que pagar una cara entrada (1500 rps). Eso sí, hay varios callejones y calles traseras donde uno puede probar fortuna para pasar, pues a diferencia de Kathmandú, y sobre todo de Patan, aquí vimos muchísimo menos control.
Lo primero que hicimos fue llegar a nuestro hostal, que más cerca de la plaza central no podía estar, más que nada porque estaba en un callejón dentro de la propia plaza. Entramos en la pequeña Kumari Guesthouse, donde el simpático chico de la recepción nos dio la llave de una amplia habitación. No estaba nada mal para el ridículo precio que íbamos a pagar, mas aún en pleno centro. El baño estaba más viejo pero limpio. El chico nos contó algunas cosillas de la ciudad y salimos a comer.
Para comer nos quedamos en el restaurante de al lado, viendo a la gente en la plaza y donde pudimos cambiar un poco y comer unos ricos sandwiches, patatas fritas y cocacolas por 1100 rps.
Una vez repuestos, tocaba visitar la antigua ciudad de Bhaktapur, fundada en el S.XII y que fue durante cuatro siglos la ciudad más importante de Nepal. Actualmente es la tercera ciudad más grande del país y para el viajero es una ciudad imprescindible, un auténtico museo al aire libre.
Plaza Durbar de Bhaktapur
Como en todas las ciudades nepalíes, el lugar principal de Bhaktapur es la Plaza Durbar, donde en se encuentra el Palacio Real.
El Palacio tiene 55 ventanas, fue construido en el S.XV como sede real y actualmente es la sede de la Galería Nacional de Arte. Su puerta es muy famosa, y se la conoce como la Golden Gate.
Otro sitio muy conocido es la Gran Campana, o como se conoce allí, la Teleju Bell, construida por el último rey Malla como homenaje a la diosa Taleju. Suele sonar 2 veces al día, en honor a su diosa.
Pero no solo ellos, si no que se encuentra aquí también el Templo octogonal Chyasin Mandapan, el Templo Mahadev Yaksheswor, el Templo Siddhi Laxmi, el Templo Vatsala, el Templo Indrayani, el Templo Balakhu Ganesh, el templo Tripura Sundari y muchos otros… sin duda un lugar para pasear y pasear y pasear detenidamente.
Plaza Dattatreya en Bhaktapur
Si seguimos andando por el pueblo llegamos a otra plaza, igualmente alucinante, que a nosotros nos encantó, la Plaza Dattatreya, con templos hinduistas como el Templo Dattatreya, el cual la leyenda dice que fue construido con la madera de un solo árbol en 1427 aC por el rey Malla.
Plaza Taumadhi en Bhaktapur
La tercera plaza famosa de la ciudad es la Plaza Taumadhi, nuestra favorita, con unos templos de pagodas altísimas, como la del Templo Nayatapola.
Este templo, dedicado a la diosa Lakshmi, está construido en 5 alturas para simbolizar los 5 elementos básicos: agua, fuego, tierra, madera y metal. Está lleno de grande figuras y estatuas, como los guardianes de más de 2 metros o los animales de las escaleras. Imprescindible y más aún porque justo al lado está el templo Bhairavnath, dedicado al Dios del Terror.
Plaza Pottery en Bhaktapur
La cuarta plaza es la Pottery Square, o plaza de la cerámica, donde está llena de alfareros trabajando en sus piezas y secándolas al sol, con mucha vida. No tenía demasiado ambiente pues ya se hacía de noche, pero la dejamos bien ubicada para verla la mañana siguiente, como toda la ciudad nepalí.
Eso sí, lo que más vimos fueron sus mercados, en casi cualquier calle que une las diferentes plazas, sus tiendecitas, sus puestos callejeros y sobre todo a su gente, comprando y paseando por aquel bello lugar.
Volvimos hacia nuestro hostal pues ya se hacía de noche y por allí, las luces son muy muy escasas (si es que hay luz) y nos encontramos con un gran estanque y muchos niños jugando a su alrededor y parejas de jóvenes sentados charlando. Aquí eso de jugar con las consolas o los móviles no existe, ni siquiera muchos pueden jugar con pelotas o combas, aquí hay que aprovechar cualquier cosa para jugar, cualquier cuerda para columpiarse… pero siempre siempre te miraban con una gran sonrisa en sus caras.
Y al volver hacia la guesthouse de repento oimos un griterío y pasamos por una calle lleeeena de niños. Nos metimos a ver qué pasaba y es que había un espectáculo, se vestían de diosses y con diferentes caretas y asustaban a los chavales mientras contaban historias. Muy divertido y mucha mucha gente.
Regresamos al hostal, muy contentos con el día de hoy, pero también cansados. Mañana tocaba visitar Bhaktapur y Pashupatinath en Kathmandu. No iba la luz, cosa normal allí por lo que no podíamos cargar el móvil, así que aprovechamos para acercarnos al restaurante donde habíamos comido para cenar y de paso cargar los móviles, pues ellos si que tenían electricidad. Cenamos bien (780 rps) y a dormir, bajo las mantas que hacía bastante fresquete por la noche.